Gabriel Orozco Maldonado/ Séptimo Cantón

  

Tepic. – “El periodista es sólo un escritor que cuando toma la pluma, no espera en inmortalidad”( Hugo Ojetti). Oscar González Bonilla, el periodista que nació el 6 de noviembre de 1950 en Tepic, en una de las calles más emblemáticas de la capital, como lo es la Amado Nervo de la colonia Centro. En esta entrevista nos narra parte de su vida y algunas vivencias que le permitieron consolidar su actividad profesional y humana. Un hombre que estuvo en la ciudad de México para estudiar economía y que tuvo que retornar a su tierra para reinventarse y resurgir como un ave fénix entre las cenizas de sus ilusiones. Además de periodista, también incursionó como actor teatral de la mano del poeta y productor Octavio Campa Bonilla.


¿Cómo se introduce al mundo del periodismo?


Yo no pretendía ser periodista, yo quería ser licenciado en economía, para eso estudié en la ciudad de México, pero no terminé la carrera, mis padres ya no tuvieron suficiente dinero para mantener mi estadía allá, yo trabajaba en la Secretaría de la Reforma Agraria, trabajo que me consiguió don Miguel Arvizu Tiznado (finado) pero no fue suficiente. Un día fui a visitar a mis amigos que estuvieron en la ciudad de México junto conmigo en la casa del señor Naya por la colonia Condesa. Ellos se habían venido antes que yo, mis amigos eran Andrés Gonzáles Reyna, Francisco Cruz Angulo, Emilio Valdez, quienes fundaron un periódico que promovieron los masones, que tuvo de intermediario a Luis Navarrete Zúñiga y esa fue la manera como se creó el Diario del Pacifico, cuyas instalaciones estaban por la avenida México casi con Insurgentes, finca de un masón de Compostela, estamos hablando de 1973. Ese año fue cuando inició ese medio y Emilio Valdez era el administrador y me dijo. “oye porque no te vienes a trabajar con nosotros”, le contesté que yo no sabia nada de periodismo, pero me dice; “aquí te enseñas”. Le tomé la palabra y me fui a trabajar con ellos.


¿Formalmente cuando inicia?


En mayo de 1973 cuando era gobernador don Roberto Gómez Reyes y me inicie como reportero de nota roja, decía don Paco Ocampo que todo reportero debería iniciar en la nota roja, lo cual yo no estaba de acuerdo. Iba a la Cruz Roja, a la policía estatal y municipal, todas esas fuentes referentes. Yo llevaba datos y Francisco Cruz Angulo se encargaba de redactar la nota, pero ya con el tiempo me dijo Pancho Angulo, haz tus propias notas, redáctalas, fue entonces que le entré a redactar y me fui enseñando. Duré algunos años ahí, en el diario del Pacifico.

¿Qué siguió después del diario del Pacifico?


Mira, donde estaba el diario del Pacifico había un lugar para estacionar un vehículo y Efraín Valle, pidió permiso, él era de la radio XEOO, era sobrino de Jesús Cortez y Barboza, que era el propietario-concesionario de la radio. Entonces, por la amistad que tuvimos porque él vivía enfrente en un edificio, es que me invita junto a Ceferino Sandoval, quien era reportero del diario del Pacifico, si queríamos ingresar a la radio, pero que tendríamos que hacer un examen, yo le dije que sí, pero Ceferino no quiso. Efraín me dijo que vendrían de Guadalajara integrantes de la familia Diaz Romo que había adquirido las estaciones XEOO, otras de Santiago Ixcuintla, de Ixtlán del Río y una en Ahuacatlán, pues su tío había vendido el conjunto de esas estaciones. La intención era fundar en Tepic a Notisistema, ese programa que ya lo difundían en Guadalajara.

Efraín Valle, al ver que Ceferino no quiso, invitó a Rogelio Zúñiga, quien trabajaba en el sol de Tepic. Nos fuimos a Guadalajara, Jalisco, nos sometieron a pruebas durante 15 días, nos enseñaron las instalaciones, como se transmitía, nos sacaban a la calle para reportear, después de eso nos venimos a Tepic. Las primeras transmisiones las hicimos en las instalaciones de la XEOO que estaba por la calle Lerdo casi esquina con Durango, pero ya luego la compañía rentó unas oficinas en el edificio Vargas que está por calle Puebla y Amado Nervo, en el tercer piso, ahí se instaló la cabina y todo lo necesario para transmitir, empezamos en 1980, Rogelio Zúñiga era el director y yo era prácticamente su secretario, en el manejo de controles estaba un hermano mío, César Donaciano González ( Quien sería cantante de la banda Zeta en los 90) y Mario Becerra. Me encontré con una empresa como la que creo ya no se hallará en Nayarit, porque nos daban la posibilidad como reporteros de manejar la información de manera libre, criticar a quien fuera, si llegábamos a tener un problema había un abogado que se encargaba de respaldarnos y nos decían que no tuviéramos pendiente, pero además nos pagaban un buen salario, tuvimos una serie de prestaciones, que otras empresas actualmente no las tienen, como ahorro, por ejemplo; si ahorrábamos un peso, la empresa al final del año nos daba otro peso más. Pagaban puntualmente, solo una vez fallaron porque mandaban la valija de Guadalajara y cierta ocasión el autobús se fue directo hasta Mazatlán, esperamos uno o dos días. Yo trabajé muy a gusto en Notisistema. No cobrábamos en ninguna dependencia porque nos pagaban bien. Yo siempre he dicho que la prensa escrita, radio y televisión, está en manos de la iniciativa privada porque son los que tienen para pagar. Para poner un periódico necesitas tener dinero para comprar la maquinaria, instalarte en un lugar, pagar personal ¿quién lo hace? Pues el que tiene dinero.


¿En qué otros medios participó?


Después de Notistema, me integré al canal local XHKG por invitación de don Roberto Mondragón «hijo», ya que su padre había fallecido en el terremoto del 85 en la ciudad de México, él me ofreció trabajo, ya lo conocía, me fui a trabajar ahí en enero de 1991, estuve muy a gusto, no tuve muchos problemas, me trataron muy bien, formamos un equipo de reporteros, de editores, con los cuales existía muy buena sintonía. Yo sustituí en la conducción nocturna a Tito Ceja, y lo que hicimos ahí es darle participación y voz a mucha gente que no la tenía, gente del pueblo que necesitaba manifestarse por alguna inconformidad, entre ellos los servicios públicos municipales. En el equipo de reporteros y editores se encontraban: Gabriel Velázquez, Jorge Ordoñez, Enrique Berumen, Armando Franquez, entre otros. Al gobernador en turno, Rigoberto Ochoa Zaragoza, no le gustó la línea editorial, porque recibíamos muchas denuncias en torno a la entonces policía judicial del estado. Siendo Procurador del estado, Sigfrido de la Torre Miramontes, se fastidiaron por el manejo de las entrevistas y denuncias contra la policía. Yo me entero que el ex gobernador Rigoberto Ochoa Zaragoza, manda llamar a Roberto Mondragón Pérez, el jefe de prensa del estado era José Trinidad Espinosa Martínez, ellos conjuntamente llaman a Sigfrido, ahí expusieron la molestia. Roberto les dijo que sí yo era el problema me daban para afuera, pero en ese momento el gobernador dijo que no. Pasó el tiempo y lo volvieron a llamar y le dijeron que tenían que quitarme del lugar. En un 28 de diciembre de 1995, día de los inocentes, el contador de la empresa fue a mi oficina y me dijo; “ya no son necesarios tus servicios en esta empresa”. Como era 28 de diciembre, yo creía que era una broma, pero me dijo, es serio, ya se acabó, le dije pues ni modo. Ese año me despidieron por indicaciones del ex gobernador Rigoberto Ochoa Zaragoza.

¿Qué siguió para usted? Después de ese capitulo

Fíjate que al siguiente día me habló por teléfono el director del Diario Express, Edgar Rafael Arellano Ontiveros, me pregunta qué voy hacer, le dije que no tenía pensado nada, me dice “no le hagas al pendejo, te invito a trabajar conmigo”, te voy a dar la dirección del periódico. Estaba en ese grupo Lorena Orozco, Ramón Vargas. Franquez y Antonio Tello, quien era el que laboraba la pagina de internet en las noches, ahí estuve un tiempo. Incluso en ese tiempo que me tocó, metieron a la cárcel a Edgar Arellano en el sexenio de Antonio Echevarría Domínguez, estuvo interno 9 meses, por traer supuestamente un vehículo robado, pero esa unidad se la habían prestado en la entonces Procuraduría General de Justicia, pero fue el pretexto para meterlo a la cárcel por las críticas que hacía en su columna “que me siga la tambora” hacia don Toño. Después de eso me fui a Meridiano, ahí el doctor David Alfaro, me pidió que trabajara con él, sucedieron muchas cosas, pero en esencia eso pasó.

¿Cuándo realiza su propio medio de comunicación?

En el sexenio de Ney González vino el auge de las páginas de internet, de la WEB y me vino a la mente iniciar en 2009, porque el gobierno de Ney también empezó a reprimir a quienes no estaban de acuerdo con su gobierno, una víctima de ello fue Antonio Tello que ya tenía su página en la que criticaba muy duro al gobierno, por lo que se tuvo que ir a Chiapas porque la persona que estuvo con su mamá se iba a lanzar como candidato a gobernador, por ello Tello me pidió que colaborara con él con mis trabajos periodísticos, los cuales le enviaba para su página. Me pagaba bien. Fui de los primeros colaboradores de Antonio Tello.   Después de eso, pensé que en las páginas de internet no iban a poder censurarme, pero con el paso del tiempo me di cuenta que sí lo podían hacer. Yo ya tengo mi propia página llamada Nayarit Altivo, lo pueden encontrar en http://www.nayaritaltivo.com.mx/ , es mi reto personal.

Le puse así por un fragmento del corrido nayarita, tengo desde el 2009 con ella y ahí expongo mi trabajo periodístico, mi especialidad es la entrevista. También tengo opinión en una columna que se llama la Güipa, le puse así porque mi papá era musico de la orquesta moderna, fue baterista. Yo cuando era niño escuchaba a los músicos decir, “vámonos a la Güipa”, que no es otra cosa que buscar clientes para las tocadas. Gracias a la música nací, crecí, me forme y es lo que soy como ser humano.  

Finalmente ¿Cómo fue su incursión en la actuación?

Yo desde joven, en 1968 ingresé a un grupo de teatro en la escuela 49, en el grupo de Alfonso Castilla, luego con el maestro Ibáñez. Actualmente, colaboro con el maestro Octavio Campa Bonilla, quien me había invitado hace 10 años y yo le había dicho que no, sobre todo por mi condición física, pero al final reflexioné y me incorporé en el grupo de su hijo también de nombre Octavio. Vamos a ir a Morelia, Michoacán, este mes de septiembre a participar en un concurso del Instituto Mexicano del Seguro Social.

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